Una experiencia inolvidable.Visita a la Residencia San Rafael.

Hoy entramos al cole nerviosos, pero esa sensación de los nervios "buenos" , de esos que te hacen sentir vivo y a gusto y feliz de que llegue el momento. Antes de salir, unas recomendaciones de última hora, recordar, dónde vamos, para qué, con quién y recordar que lo más importante en estas situaciones es sobre todo y ante todo, el respeto.

(Entre las fotos hay comentarios )

Venían todos guapísimos , así que antes de salir, nos hicimos unas fotos con nuestro grupo, con el que tanto habíamos ensayado y disfrutado los días de la preparación:

                                                           LOS PRESENTADORES

                                         ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

                                                     LOS TRES CERDITOS Y EL LOBO

                                                             CAPERUCITA ROJA


Llegamos tímidamente, pero en cuanto comenzamos a actuar, los nervios desaparecieron y todo fue sobre ruedas.
Me hubiera gustado hacer un vídeo para que vierais lo bien que les salió todo, pero como bien dicen, cuando uno está disfrutando y viviendo el momento, lo demás se queda en un segundo plano y no decide plasmarlo en su mente.
Algunas fotos de los momentos de las representaciones:

 No se perdían un detalle. Miraban y admiraban  a los niños, absortos y muchos de ellos emocionados.

 Cuando terminamos, nos regalaron para el aula unos preciosos lapiceros, para decorar nuestra clase. Nos han hecho uno para cada clase de segundo y como somos los primeros en ir, nos dijeron que eligiesemos nosotros. Había de los Minions, de los Simpson y de unos pingüinos... mañana decidiremos cuál nos quedamos...

 Nos hicimos unas fotos con los abuelos, que aunque se sentaron por varias zonas de la residencia, querían tener un recuerdo.

 Y luego, llegó el momento del desayuno. Las madres y padres os habéis volcado y esmerado sobremanera, y de verdad que si hubierais podido vivir este momento, estaríais plenamente satisfechos. El momento del desayuno, se rompió el hielo. Los niños animaron a los abuelos a tomar algo e iban entre ellos ofreciéndoles comida y bebida. Muchos se olvidaban de comer, por ofrecer a los mayores y hablar con ellos. Hubo charlas, risas, complicidad, y alguna que otra lágrima de los abuelos.

 Al final, las hermanas que regentan la residencia, les mostraron a los niños la cocina, la lavandería y lo que más le llamaba la atención a los niños, el patio, y por allí corrieron y rieron mientras los abuelos salían a tomar el sol y disfrutaban de lo que para ellos era verdadera música: la risa de los niños en su patio.

 Nos despedimos con una canción, la que aprendimos en el día de la paz, y nos marchamos, prendiéndoles que volveríamos.
No hubo un solo anciano que no nos dijera que por favor, fuésemos de nuevo. Muchos les decían que recordaran donde era y que fueran a verlos con sus papás.

 Las hermanas de la residencia, me pidieron permiso para dar a los niños y niñas unas medallitas. Lo hacían más como agradecimiento que como símbolo religioso y por supuesto, les dije que aceptábamos encantados.

Espero y deseo que veáis esta entrada con vuestros hijos e hijas, que os transmitan lo que han sentido y vivido. Nuestros ancianos, son una parte muy importante de nuestra sociedad y estén donde estén, nos aportan sabiduría, amor y mucha ternura.
 Me conformo con que quede en la memoria de estos pequeños, esta visita y que no olviden, la dulzura , el amor y la ternura con la que hoy han sido tratados.
Muchas gracias a todas las madres. Me he quedado admirada de vuestra solidaridad con el desayuno, de cómo os habéis volcado con los disfraces y sobre todo de los hijos que tenéis, que no pueden ser más bonitos por dentro y por fuera.
Gracias también a las madres que me han ayudado a preparar las obras, que han trabajado muchísimo y gracias a ellas todo ha salido bien y a tiempo.
Estoy feliz de mis niños y niñas y de mis padres y madres. GRACIAS por dejarme cada mañana a vuestros pequeños para poder llevar a cabo con ellos mi verdadera vocación.